miércoles, 31 de agosto de 2011

No es traición si antes se nota el vacío.

Una llegada puede hacer sentir más de mil sensaciones…Sí, la presencia de una persona bien sea en la distancia de kilómetros o en centímetros.
Puede que no sienta lo mismo que tú…sino mucho más que ello.
Puede ser que haga que sufras de amnesia por segundos, o de escalofríos y tus piernas casi ni soporten tu peso logrando que te estremezcas por completo.
Puede que sufras una especie de shock, y no asimiles nada de lo que pasa sino hasta después de un rato. Pérdida de conciencia entre mundo paralelos, quizás.
Puede que sientas que tu corazón se acelera, corriendo más rápido que tus pensamientos. Puede que simplemente, no lo creas.

Todo esto y más una sola persona lo puede lograr en ti.

Bueno, hace tiempo que no me sentía así, ya hasta creí que no era capaz de sentir algo por una persona como tú. Te llegué sólo a ver un par de veces entre meses… y hasta más de una noche de descanso me robaste. ¡nada fácil! De sentimientos y pensamientos, se supone que yo no debería estar pensando en ti. Hay un hombre esperando por una mujer en un piso 9, cantando canciones del siglo 20, muy prepotente y confiado de que la tiene completamente, pero ya ves…las cosas no siempre son como las crees. Su trabajo numerosos tragos lograron abismos entre los dos, y ya su mundo no era estar pisando suelo…

Yo quise borrar hasta mi sombra pero lo que sentía era mucho más fuerte, típico. Apenas sospeché que había algo extraño naciendo en mi, maquiné y no lo acepté. Traté de convencerme que era producto de los nervios por el peligro que corría y tampoco. No soy tonta como para comerme un plato de mis propias mentiras.

¿Dónde encuentro la salida a este sentimiento?

Debía irme, no estaba segura de lo que sentías por mí.
Me dijiste; ‘estás distante’ y te respondí; ‘estoy contigo siempre’ suspiré y sin poder contenerme dije ‘Te quiero’ he hice como si no hubiese hablado, pero me escuchaste y respondiste ‘Yo también’. Me dedicaste una canción y yo creyendo que reiría, tuve que desviar mi mirada para que no notaras lo que no podía ya ocultar...
Mi primera vez contigo y por ti.
Ya era demasiado tarde como para remendar daños, ya yo me había enamorado, y ¿cómo hago? Si a fin de cuentas comenzamos por ser pañuelos de telas baratas uno del otro, secando lágrimas hasta de felicidad y sobras de tragos, míranos ahora. Extrañándonos sin decirnos nada.

Algún día pasará, partiré y aunque sé que dolerá, lo haré.
Que conste que me lo advertí.
Estoy comprometida con el hombre que no amo y le debo cumplir... Que conste que un día también a ti te lo advertí.

martes, 31 de mayo de 2011

Lo que siempre quiere la gente...



No le puedo pedir a todo mundo que piense como yo, y mucho menos ellos pueden pedirme eso a mí. A cada quién se le regaló una vida así después no la quisiera, un cuerpo, un cerebro…etcétera.
Cada vida nos pertenece a nosotros mismos, o quizás no, a Dios, pero a fin de cuentas la vivimos somos nosotros y quienes llevamos el control de esta.
Cada persona piensa como mejor le venga en gana y no es ser rebeles ni mucho menos o más, es tener control de uno/a mismo/a.

Hasta cierta edad nuestros padres tienen las riendas de nuestras vidas, y no precisamente hasta la mayoría edad, porque yo, que ya lo soy, no me mando sola pero sí pienso como yo misma quiero hacerlo.

Al decir esto o escucharlo de otras personas, muchos pensarán “está pensando mal” pero ¡hey, es cuestión de cada quién y si estoy equivocado/a lo aprenderé por mis propias caídas! También pueden decir “quiero evitarte daños” y bueno, se les agradece, pero ¡HEY, de las matadas que nos damos todos día a día, se avanza! No todo aquí es ‘fruta a la mano’ y no siempre hay que pararle a los consejos que nos dan, ya que no todos son los correctos.

A lo que quiero llegar es que muchísimas personas a nuestro alrededor creen firmemente que si no pensamos y llevamos al pie de la letra una vida como las de ellos, estamos mal, pecando y que vamos todos al infiernos por ser impuros... Por Dios, llevar una vida clandestina y errónea sí que es pecar. Y ¿por qué pensar de esa manera? ¿Por qué no respetar la ideología de los demás? o ¿por qué no dejar que se aprenda por las malas si por las buenas no se les da?
Respeten, que a veces “los buenos” son esas numerosas piedritas en el zapato. 

La vida no se maneja a través de un control remoto, ni nosotros somos animales para acatar las disque ordenes absurdas de otros, no es así.

Quizás también digan que estoy errada al escribir esto, pero (34%&) tengo mi ideología con respecto a la/mi vida, sé lo que es bueno, lo que es malo, lo que debo hacer, lo que no debo, de quién me debo alejar, de quién no, quines son los buenos, quienes son los malos, en quién debo/puedo confiar, en quién jamás puedo volver/debería hacerlo, como vestirme, como no hacerlo, como expresarme, cuando debo callarme, cuando debo actuar, cuando debo esperar y pare de contar.

Mi vida es corta y aún me faltan demasiadas cosas por conocer y experimentar, pero mientras agradezco a los que me dejar ser yo libremente (…) si me voy a caer más adelante, para eso tengo piernas y la fuerza que Dios me ha dado para levantarme, dos manos para limpiarme y un barbilla para mantenerla muy en alto. Muy firme aunque flaquee.

Ayer, hoy y mañana pensaré como yo quiera o deba, y siempre tomando en cuenta las sugerencias de los que me quieran ayudar en realidad, pero sin olvidar que yo soy yo, y eso jamás va a cambiar.

Eso es todo.

jueves, 21 de abril de 2011

Caminemos un rato...



...Tengo mucho que contarte, hace mucho ya que no hablamos de nosotras y es que la vida a veces nos obliga a alejarnos, pero nos une con otras personas. Y lo mejor de estar aquí es el saber que es algo nuevo que explorar.

Así como su corazón, tan tímido y orgulloso como el que lo inventó...
Fue un tanto difícil dejar que llegara a mí y llegar a él completamente, no creas que sobrellevarme con alguien así es algo que hago todos los días, eh.

Me tocó barrer algunas cosas y corregir muchas fallas, pero no me costó más que las ganas.
Sé que mentía al acusarme como una mujer que miente para encontrar la verdad que le ocultan, buena psicología, pero nunca mejor que la mía que prefería hacerme la tonta y callarle al final con la razón y un beso con dirección al mismísimo cielo.

 Llegó como el sentimiento que me está haciendo sentir…De la nada. Llenando hasta el más mínimo espacio de aire con gracia y ternura, esa que cualquier persona podría envidiar, y que tengo yo, disfruto yo, y necesito…yo.

Aquí está...andando cada vez más lejos de los absurdos límites que pone la vida, arrasando con toques de alegría, enloqueciendo de a poco pero más a esta mujer que aseguró nunca jamás creer en el amor.

¿Ves como el amor hace que me trague las palabras y como la vida hace que yo ahora quiera vivir en él?

Al decir que no dejaría que nadie me lastimara, y al hacerlo realidad me hizo saber que era más que ‘un chico más que conocí por cuestiones de la vida...’ pues desde el primer momento supe que no era un ‘básico’ más. 

Su sonrisa era esa risa que me hacía reír aún mientras no reía, simplemente era la magia del estar ilusionado y hacer que el sentimiento te haga enloquecer  robándome unos cuantos repetitivos suspiros y sueños que debieron concluir de la mejor manera pero no tenía el mando, y terminaron comenzando al día siguiente para volver a dejarme con la intriga, que luego por suerte logré cumplir.

Me hace sentir que tengo el corazón más grande del universo entero, hace que sienta que va a explotar de felicidad.
Me hizo saber que yo valía todo lo que muchos decían que no, me supo conocer bien y entró muy despacito a mi interior.
Es como una canción suave que hace que mis pensamientos bailen a su alrededor, olvidándome del resto del mundo logrando creer que sólo hay espacio para los dos.
Es eso que necesito, que quiero vivir con la más potente intensidad existente porque me ha dejado muy claro que nadie nunca me ha querido querer tanto como con él.

¿Ves como sí se puede seguir? Amiga.

Y adivina qué?...





Michelle Sherezzadez.

jueves, 17 de marzo de 2011

Después de una decepción... ¿Orgullosa YO?


¡¿Quién dijo que nosotras no somos complicadas?!

Muy irónica la pregunta, pero siempre la hacemos una y otra vez.
La mujer por naturaleza, tiene un alto porcentaje de orgullo en la sangre.
La mayoría que sufre de ese mal, es porque se presta a las circunstancias, otras simplemente porque se sienten muy seguras de sí mismas y les vale madre lo que piense el resto del mundo, se quieren hacer ‘las duras’ nada más para hacer molestar a su chico o porque quieren que éste ser que nunca llega a comprenderlas, enloquezca por ella. (Y no siempre resulta).

El caso es que muchas no mostramos nuestro interior, ni decimos todo lo que queremos/debemos decir en el momento preciso sino en el momento menos indicado, es decir, en un momento de rabia. Explotamos y es allí cuando viene lo mejor...

A nosotras, seres incomparables, inigualables, maravillosas, únicas, increíbles, despampanantes y etcétera… nos encanta y llena enormemente que esa persona nos haga sentir que solo existimos nosotras para él. Con detalles sencillos pero muy significativos.
Y es triste el saber que ya quedan pocos hombres de esos que te alegran el día con un ‘te quiero/amo mi amor, buen día, te extraño’. Que te haga un gif con caras locas y escritos cortitos.

Eso vale mucho más de lo que ellos/ustedes pueden llegar a pensar.
Muchos nos señalan por ser orgullosas. Yo preservo mi concepto de orgullo y va de la mano con la dignidad. Con el tener moral y razón para darse a respetar.

Si no respetas, mientes, escondes cosas, tratas mal, eres déspota y más, no solo nos llenas de decepción sino que ¿con qué moral vas a reclamar otra oportunidad si has venido desde el pasado con la mentalidad esa de que lo haces sólo para no dañar más o te justificas por algún error de tu novia/esposa? Imposible.
Aprendan a ser hombres con pantalones y testículos y no con machismo.

Tengo una lista mental que siempre la tomo en cuenta cuando alguien intenta acercarse a mi vida, y depende de los resultados, le doy paso. Si esa persona no llena mis expectativas de un ‘Hola’ no pasará, si no vale la pena ahorita, créeme, no lo valdrá jamás.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cama sin huellas.




Yo… Eso que fui y nunca quise ser, pero que lo permití.
Una consejera a dudas, alguien con quién intentaba respirar
pero nunca fue suficiente el oxígeno que le daban mis palabras.

Vaya manera de pensar…

Algo más, pero siempre algo menos.
Alguien que gritaba en susurros de letras,
alguien que nunca pretendió quitarle la vida a otra,
pero que sentía que otra, era la mía.

Esa que perdió lentamente el interés,
ya que cada vez eran más las historias tan reales
que tantos dedos narraban a mis ojos.

Escasearon las ocasiones en las que mis oídos
tuvieron el honor de escuchar aquella voz que
me destruía de a migajas,
la que en un segundo me hacía viajar,
la que me devolvía sin avisar.

La que me hacía feliz, entristeciéndome a la par.
La que luego de decirme un sin fin de sentimientos,
mostraba que no eran nada ciertos.

Esa que me hizo sentir que ya nada valía la pena,
que me hacía avergonzar cuando caía en cuenta...
Esa *cosa* que me abrazaba con frases de aliento,
mientras luego me lo arrancaba con desprecio.

Esa, que me dijo ‘ve’, cuando yo decía ‘me quedo’.
La que me decía ‘quédate’ cuando quería correr.
Esa que me confundió más de una vez... 

La que por las noches me hacía pensar en un mañana,
la que por segundos me decía que el presente
era lo único que ahora importaba.

Esa que me quitaba el sueño con un solo pensamiento,
Esa que me regalaba sacos de insomnio e impedía la devolución.
Esa que creaba una revolución en mi estómago cuando se le antojaba.
Esa que dejó más de una incógnita en su casa,
que le gustaba esperar para luego aclarar.
Esa que era clara, y luego oscura.
Esa que al imaginársela daban ganas de matar.

Mente... triste mentalidad que me desgarra los
sentimientos del pecho para darle cabida al entendimiento.

Son dos mundos en un solo pensar, dos cosas,
personas que chocan constantemente.
Una mente que me enamora, una persona perforadora de miradas.
Alguien que quiero y no existe, una cama sin huellas y
muchos sueños sin titulares.

Razones para crearte y para tenerte hay sobrantes...
Pero es que la razón mató las esperanzas al
ser yo tu único pañuelo de lágrimas.

Yo con la mente, la mente conmigo, tú con ella, y los dos conmigo.




Michelle Sherezzadez.



lunes, 31 de enero de 2011

Incómodos signos de interrogación.




Fueron más que decisiones lo que marcó nuestro camino.
Fueron más que besos perdidos y todo el resto.
Yo creía en el amor eterno, pero ya ves...nos tocó.

No sé si fue por querer dejarte ir para que fueras feliz,
o que simplemente yo desde hace tiempo no sentía que era feliz.
Muchas veces intenté alejarme,
pero nunca lo permitías.

Quise obviar todo lo últimamente sucedido
y seguir, pero una vez que la razón le toma
la delantera al corazón, éste debe callarse
por más que quiera hablar.

Fueron más que discusiones con motivos,
fueron más que discusiones sin motivos.
Fueron más que un batallón de signos de interrogación.

No he logrado entender si eran más nuestras ganas de pelear
a causa de la rutina, la estúpida monotonía o por querer
tener una de nuestras inigualables y palpables reconciliaciones matutinas.

Todavía sigo creyendo en tus besos,
porque aunque no siempre los tuve,
lo poco que tuve, lo tuve completo.

Me tocó compartirte sabiéndolo,
y que ella te compartiera conmigo sin saberlo.
Después de que fuiste tan mío, después de
ser tan frío ahora intentas calentarme
con una llama de candelabro viejo,
cuando lo único que queda en mí
son toneladas de hielo que poco a poco te destrozan
sin quererlo, queriéndolo  y permitiéndolo.

Te alejaba de mí y cada mes, cada día festivo para tí,
para ustedes, volvías a irrumpir mi tranquilidad.
Al parecer la inestabilidad en mi vida para tí, era la felicidad.

Y allí va un motivo más para tener la
necesidad de olvidar.

Una noche, un beso, un número 4 marcó un nuevo comienzo...

No sé qué más fue lo que pasó, pero lo que sea que haya sido,
trajo consigo un incomparable sentimiento de resentimiento
que por las noches exclama un fuerte ¡Presente!
que desde hace tiempo ya, lleva todas las casillas de asistencia llenas.

No veo siquiera el comienzo para empezar a buscar
el final de este tormentoso deseo de cobrar cuentas aún pendientes.
No sé si fue más lo que temía lo que no me dejaba continuar a gusto,
pero gracias al miedo ese absurdo, que me invadía la mente
cada vez que pensaba en ultimar, un triunfo más va por cuenta de la soledad.




Michelle Sherezzadez.

lunes, 17 de enero de 2011

Tu felicidad depende de tu esfuerzo.


Amor, respeto, lealtad, dignidad y honestidad como
prioridad para alcanzar la felicidad.

Todo es mental, todo está en el querer lograrlo.

Por mucho que anhelemos llegar a la meta, si no te esfuerzas,
eso no llegará a tus manos.

Llegamos a sentir la sensación de que mientras más rápido
queremos llegar a la cima, ésta se aleja,
cansa y nos llena de desesperación. Pero allí está el dilema,
en que requiere de esfuerzo y perseverancia.

No siempre podemos llegar al corazón de alguien cuando queremos,
y no siempre estamos preparados para hacerlo.

Quizás ya se esté dentro, pero ahí también conseguirás
barreras que te obstaculizarán un poco tu recorrido.
Con amor, y desempeño se logra.
Una razón de ser y querer seguir te impulsa.

La necesidad de más respeto conlleva a la inseguridad,
a pensar y crear historias inciertas.
Éstas y otras más son barreras comunes en el amor.
Fallar una y otra vez no es algo bueno,
no es cosa que se deba hacer y menos todo el tiempo.
Sin embargo a veces es un poco difícil evitarlo.
Por eso respetar es algo obligatorio, desde cualquier punto de vista,
en todos los sentidos. Al igual que ser leales y dignos.

Toparse con personas desleales es cosa del día a día, desagradable.
Pero al menos quedan pocas que hacen la diferencia entre el montón.
La lealtad, la dignidad y la honestidad van de la mano,
quien es respetuoso, es leal y quien es leal es honesto.
Excluye las mentiras de su vida y continúa.

Dentro del amor, tener éstas características es primordial y
mientras las tengas enamorarse será más fácil pues detrás
de esa persona está todo lo que buscabas.

El amor es como una taza caliente de café. Dulce, y a veces amargo.
Depende del gusto de la persona, de cómo lo quiera o como lo ponga.
A veces caliente, a veces tibio, a veces frío, o quizás congelado.
A veces crea adicción, otras veces da igual si lo tomas o no.
Viéndolo de ésta manera te darás cuenta que también
se toma con precaución, despacio para lograr saborearlo bien,
y que es algo que depende de la manera de pensar de cada persona.

Arriésgate, esfuérzate, haz el bien y obtendrás tu felicidad.

Meta: Equilibrio sentimental.

Michelle Sherezzadez.

viernes, 7 de enero de 2011

No alcancé al tiempo.

La vida me regaló uno de esos días en los que se despierta con una sonrisa en la cara sin saber el por qué. O simplemente el pié derecho toma la delantera esta vez.

Pero, ¿Por qué?

A todas estas, el día comienza y la incógnita espera ser exclamación.
Tú entras en ese ‘sin querer’ que llegan sin avisar, en la categoría de lo atípico y bizarro. 


Todo fue muy rápido, y sin embargo aún lo recuerdo bien. Recuerdo tú mirada al cruzarse con la mía, y hasta esa mano deslizándose por mis dedos, una voz tosca, gruesa y sigilosa presentándose ante mí, un tono de piel único y provocativo a mi lengua, ojos penetrantes y con el color de labios perfecto para ser camuflaje con los míos. Allí y así te conocí.

Noté el cambio en ti de inmediato y el impacto que causaste entre los demás.
Tú estadía momentánea en el lugar se hacía sentir en el temblor de mis piernas y mi voz. Vestías de verde, recuerdo bien.

Yo ya empezaba a sentir atracción hacia ti, y el día siguió,
a pesar de querer detenerlo, él no paró.
Pensé saber ya el motivo de mi sonrisa al despertar,
y el porque mi pié derecho se apresuró en tocar suelo,
pero las dudas aún existían.

Llegó la noche, ¡Qué desgracia! estás a punto de irte y yo todavía no alcanzo a saber…
Alcé la voz, diciendo: ‘¿Me pasas ese trago? por favor.’
Giraste a tomarlo y nada relevante más que una mutua mirada
y un favor ocurrió. Al parecer el día tenía prisa en acabar,y yo prisa por correr a alcanzarlo.


Cruzamos par de palabras referentes a la política y al tema del momento,
tú eras para mí el tema de conversación ideal, pero respiré, me resistí y te escuché hablar mientras observaba tus neutros gestos.

Apareció el momento en el que te convertiste en algo más que alguien más del lugar, el asesino del momento que ni siquiera pudo existir.
Entre la madrugada y el sueño me hice fiel al recuerdo
y al sentimiento ese nuevo que por nuevo no dejó de ser importante,
fuiste el motivo de mi desvelo, después de tanto sufrimiento alguien tocaba a la puerta de mi corazón.

Tuve la oportunidad de verte de lejos una vez,
sentía que comenzaría a levitar,
quedé perpleja en el acto, mi mirada fue fija y directa,
quise acercarme pero el temor me inundaba los pensamientos.


Cada segundo que pasaba me hacía las mismas preguntas:
¿Será que voy? ¿Será que me atrevo?
¿Y si me rechaza? ¿Y si le soy indiferente?. 
Pero me atreví, fui. Noté que ésta vez tu vestimenta era más casual,
más cómoda. Entre el saludo, un beso y ese primer abrazo ya
yo comenzaba a temblar otra vez, tratando de ser fuerte
y mostrarme un tanto distante,pero lo notaste.

Yo iba tarde a mi destino, y tu apurado por subir.
Un beso en la mejilla y tus manos de nuevo tocándome pero ésta vez la espalda sellaron con broche de ternura la despedida .

¡Viví el momento más corto, intenso e inigualable entre miles!

Ya ha pasado mucho tiempo y no te he vuelto a ver,
mis esperanzas aún siguen en pié,
son perseverantes y respetuosas al objetivo,
eres tú, y todavía lo sigues siendo.

Una vez te observé entre la oscuridad de una calle,
me tomabas por las manos y decías clara y pausadamente:
‘Esperé mucho este momento’ yo alcancé a responderte
con un ‘te quiero’ y desperté.
Mi subconsciente es cruel dado que no es primera vez que te tengo y te pierdo al abrir los ojos.


Y estoy segura y sé que algún día estarás a mi lado mientras duerma,
y al despertar no tendré miedo de saber que no te encontraré.
Yo por amor viajaría a dónde sea, pasaría lo que sea,
haría que el momento se acoplara a mí, en nuestro beneficio,
que el reloj se adaptara a placer, como no lo hice aquella vez.

Por amor todo. Si él lo vale todo sea por ello, por los dos. Mientras en mi calendario se siguen sumando los días tachados, al menos dos del año han sido gloriosos...incluyendo las veces que te he soñado.