lunes, 31 de enero de 2011

Incómodos signos de interrogación.




Fueron más que decisiones lo que marcó nuestro camino.
Fueron más que besos perdidos y todo el resto.
Yo creía en el amor eterno, pero ya ves...nos tocó.

No sé si fue por querer dejarte ir para que fueras feliz,
o que simplemente yo desde hace tiempo no sentía que era feliz.
Muchas veces intenté alejarme,
pero nunca lo permitías.

Quise obviar todo lo últimamente sucedido
y seguir, pero una vez que la razón le toma
la delantera al corazón, éste debe callarse
por más que quiera hablar.

Fueron más que discusiones con motivos,
fueron más que discusiones sin motivos.
Fueron más que un batallón de signos de interrogación.

No he logrado entender si eran más nuestras ganas de pelear
a causa de la rutina, la estúpida monotonía o por querer
tener una de nuestras inigualables y palpables reconciliaciones matutinas.

Todavía sigo creyendo en tus besos,
porque aunque no siempre los tuve,
lo poco que tuve, lo tuve completo.

Me tocó compartirte sabiéndolo,
y que ella te compartiera conmigo sin saberlo.
Después de que fuiste tan mío, después de
ser tan frío ahora intentas calentarme
con una llama de candelabro viejo,
cuando lo único que queda en mí
son toneladas de hielo que poco a poco te destrozan
sin quererlo, queriéndolo  y permitiéndolo.

Te alejaba de mí y cada mes, cada día festivo para tí,
para ustedes, volvías a irrumpir mi tranquilidad.
Al parecer la inestabilidad en mi vida para tí, era la felicidad.

Y allí va un motivo más para tener la
necesidad de olvidar.

Una noche, un beso, un número 4 marcó un nuevo comienzo...

No sé qué más fue lo que pasó, pero lo que sea que haya sido,
trajo consigo un incomparable sentimiento de resentimiento
que por las noches exclama un fuerte ¡Presente!
que desde hace tiempo ya, lleva todas las casillas de asistencia llenas.

No veo siquiera el comienzo para empezar a buscar
el final de este tormentoso deseo de cobrar cuentas aún pendientes.
No sé si fue más lo que temía lo que no me dejaba continuar a gusto,
pero gracias al miedo ese absurdo, que me invadía la mente
cada vez que pensaba en ultimar, un triunfo más va por cuenta de la soledad.




Michelle Sherezzadez.

lunes, 17 de enero de 2011

Tu felicidad depende de tu esfuerzo.


Amor, respeto, lealtad, dignidad y honestidad como
prioridad para alcanzar la felicidad.

Todo es mental, todo está en el querer lograrlo.

Por mucho que anhelemos llegar a la meta, si no te esfuerzas,
eso no llegará a tus manos.

Llegamos a sentir la sensación de que mientras más rápido
queremos llegar a la cima, ésta se aleja,
cansa y nos llena de desesperación. Pero allí está el dilema,
en que requiere de esfuerzo y perseverancia.

No siempre podemos llegar al corazón de alguien cuando queremos,
y no siempre estamos preparados para hacerlo.

Quizás ya se esté dentro, pero ahí también conseguirás
barreras que te obstaculizarán un poco tu recorrido.
Con amor, y desempeño se logra.
Una razón de ser y querer seguir te impulsa.

La necesidad de más respeto conlleva a la inseguridad,
a pensar y crear historias inciertas.
Éstas y otras más son barreras comunes en el amor.
Fallar una y otra vez no es algo bueno,
no es cosa que se deba hacer y menos todo el tiempo.
Sin embargo a veces es un poco difícil evitarlo.
Por eso respetar es algo obligatorio, desde cualquier punto de vista,
en todos los sentidos. Al igual que ser leales y dignos.

Toparse con personas desleales es cosa del día a día, desagradable.
Pero al menos quedan pocas que hacen la diferencia entre el montón.
La lealtad, la dignidad y la honestidad van de la mano,
quien es respetuoso, es leal y quien es leal es honesto.
Excluye las mentiras de su vida y continúa.

Dentro del amor, tener éstas características es primordial y
mientras las tengas enamorarse será más fácil pues detrás
de esa persona está todo lo que buscabas.

El amor es como una taza caliente de café. Dulce, y a veces amargo.
Depende del gusto de la persona, de cómo lo quiera o como lo ponga.
A veces caliente, a veces tibio, a veces frío, o quizás congelado.
A veces crea adicción, otras veces da igual si lo tomas o no.
Viéndolo de ésta manera te darás cuenta que también
se toma con precaución, despacio para lograr saborearlo bien,
y que es algo que depende de la manera de pensar de cada persona.

Arriésgate, esfuérzate, haz el bien y obtendrás tu felicidad.

Meta: Equilibrio sentimental.

Michelle Sherezzadez.

viernes, 7 de enero de 2011

No alcancé al tiempo.

La vida me regaló uno de esos días en los que se despierta con una sonrisa en la cara sin saber el por qué. O simplemente el pié derecho toma la delantera esta vez.

Pero, ¿Por qué?

A todas estas, el día comienza y la incógnita espera ser exclamación.
Tú entras en ese ‘sin querer’ que llegan sin avisar, en la categoría de lo atípico y bizarro. 


Todo fue muy rápido, y sin embargo aún lo recuerdo bien. Recuerdo tú mirada al cruzarse con la mía, y hasta esa mano deslizándose por mis dedos, una voz tosca, gruesa y sigilosa presentándose ante mí, un tono de piel único y provocativo a mi lengua, ojos penetrantes y con el color de labios perfecto para ser camuflaje con los míos. Allí y así te conocí.

Noté el cambio en ti de inmediato y el impacto que causaste entre los demás.
Tú estadía momentánea en el lugar se hacía sentir en el temblor de mis piernas y mi voz. Vestías de verde, recuerdo bien.

Yo ya empezaba a sentir atracción hacia ti, y el día siguió,
a pesar de querer detenerlo, él no paró.
Pensé saber ya el motivo de mi sonrisa al despertar,
y el porque mi pié derecho se apresuró en tocar suelo,
pero las dudas aún existían.

Llegó la noche, ¡Qué desgracia! estás a punto de irte y yo todavía no alcanzo a saber…
Alcé la voz, diciendo: ‘¿Me pasas ese trago? por favor.’
Giraste a tomarlo y nada relevante más que una mutua mirada
y un favor ocurrió. Al parecer el día tenía prisa en acabar,y yo prisa por correr a alcanzarlo.


Cruzamos par de palabras referentes a la política y al tema del momento,
tú eras para mí el tema de conversación ideal, pero respiré, me resistí y te escuché hablar mientras observaba tus neutros gestos.

Apareció el momento en el que te convertiste en algo más que alguien más del lugar, el asesino del momento que ni siquiera pudo existir.
Entre la madrugada y el sueño me hice fiel al recuerdo
y al sentimiento ese nuevo que por nuevo no dejó de ser importante,
fuiste el motivo de mi desvelo, después de tanto sufrimiento alguien tocaba a la puerta de mi corazón.

Tuve la oportunidad de verte de lejos una vez,
sentía que comenzaría a levitar,
quedé perpleja en el acto, mi mirada fue fija y directa,
quise acercarme pero el temor me inundaba los pensamientos.


Cada segundo que pasaba me hacía las mismas preguntas:
¿Será que voy? ¿Será que me atrevo?
¿Y si me rechaza? ¿Y si le soy indiferente?. 
Pero me atreví, fui. Noté que ésta vez tu vestimenta era más casual,
más cómoda. Entre el saludo, un beso y ese primer abrazo ya
yo comenzaba a temblar otra vez, tratando de ser fuerte
y mostrarme un tanto distante,pero lo notaste.

Yo iba tarde a mi destino, y tu apurado por subir.
Un beso en la mejilla y tus manos de nuevo tocándome pero ésta vez la espalda sellaron con broche de ternura la despedida .

¡Viví el momento más corto, intenso e inigualable entre miles!

Ya ha pasado mucho tiempo y no te he vuelto a ver,
mis esperanzas aún siguen en pié,
son perseverantes y respetuosas al objetivo,
eres tú, y todavía lo sigues siendo.

Una vez te observé entre la oscuridad de una calle,
me tomabas por las manos y decías clara y pausadamente:
‘Esperé mucho este momento’ yo alcancé a responderte
con un ‘te quiero’ y desperté.
Mi subconsciente es cruel dado que no es primera vez que te tengo y te pierdo al abrir los ojos.


Y estoy segura y sé que algún día estarás a mi lado mientras duerma,
y al despertar no tendré miedo de saber que no te encontraré.
Yo por amor viajaría a dónde sea, pasaría lo que sea,
haría que el momento se acoplara a mí, en nuestro beneficio,
que el reloj se adaptara a placer, como no lo hice aquella vez.

Por amor todo. Si él lo vale todo sea por ello, por los dos. Mientras en mi calendario se siguen sumando los días tachados, al menos dos del año han sido gloriosos...incluyendo las veces que te he soñado.