Fueron más que decisiones lo que marcó nuestro camino.
Fueron más que besos perdidos y todo el resto.
Yo creía en el amor eterno, pero ya ves...nos tocó.
No sé si fue por querer dejarte ir para que fueras feliz,
o que simplemente yo desde hace tiempo no sentía que era feliz.
Muchas veces intenté alejarme,
pero nunca lo permitías.
Quise obviar todo lo últimamente sucedido
y seguir, pero una vez que la razón le toma
la delantera al corazón, éste debe callarse
por más que quiera hablar.
Fueron más que discusiones con motivos,
fueron más que discusiones sin motivos.
Fueron más que un batallón de signos de interrogación.
No he logrado entender si eran más nuestras ganas de pelear
a causa de la rutina, la estúpida monotonía o por querer
tener una de nuestras inigualables y palpables reconciliaciones matutinas.
Todavía sigo creyendo en tus besos,
porque aunque no siempre los tuve,
lo poco que tuve, lo tuve completo.
Me tocó compartirte sabiéndolo,
y que ella te compartiera conmigo sin saberlo.
Después de que fuiste tan mío, después de
ser tan frío ahora intentas calentarme
con una llama de candelabro viejo,
cuando lo único que queda en mí
son toneladas de hielo que poco a poco te destrozan
sin quererlo, queriéndolo y permitiéndolo.
Te alejaba de mí y cada mes, cada día festivo para tí,
para ustedes, volvías a irrumpir mi tranquilidad.
Al parecer la inestabilidad en mi vida para tí, era la felicidad.
Y allí va un motivo más para tener la
necesidad de olvidar.
Una noche, un beso, un número 4 marcó un nuevo comienzo...
No sé qué más fue lo que pasó, pero lo que sea que haya sido,
trajo consigo un incomparable sentimiento de resentimiento
que por las noches exclama un fuerte ¡Presente!
que desde hace tiempo ya, lleva todas las casillas de asistencia llenas.
No veo siquiera el comienzo para empezar a buscar
el final de este tormentoso deseo de cobrar cuentas aún pendientes.
No sé si fue más lo que temía lo que no me dejaba continuar a gusto,
pero gracias al miedo ese absurdo, que me invadía la mente
cada vez que pensaba en ultimar, un triunfo más va por cuenta de la soledad.
Michelle Sherezzadez.
Michelle Sherezzadez.